Quizás me quede mañana
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Llamarse Luce no es nada fácil, sobre todo si tu carácter no es precisamente el más luminoso. Pero peor aún es apellidarse Di Notte, una de las muchas bromas del calamidad de su padre. Si además vives en Nápoles e ir a trabajar en Vespa se convierte cada día en una aventura; si eres abogada, licenciada cum laude, pero en la oficina solo te encargas del papeleo; y si tu familia es un desastre… Es comprensible que, de vez en cuando, se te inflen un poco las narices.